Cuatro principios básicos:
1. Las personas
2. Redefinir el trabajo
3. Fomentar la reciprocidad
4. Construir capital social
1. Las personas son los activos del sistema: la verdadera riqueza de una sociedad es su gente, cada ser humano puede ser una pieza clave en la sociedad a la que pertenece.
2. Hay que redefinir el trabajo: se debe de poder incluir todo lo que hace referencia al cuidado de las personas y a lo que le ayuda a ser mejor.
3. Reciprocidad: Es la clave para generar sociedades más equilibradas y justas. El impulso de reciprocidad es universal, hay que cambiar: el tu me necesitas, por el nos necesitamos mutuamente. Si de modo permanente siempre hay alguien que da y otro que recibe, se fortalece el que da y se debilita el que recibe. Todos en el sistema deben dar y recibir para que se pueda alcanzar el desarrollo completo del siguiente valor: EL CAPITAL SOCIAL
4. Capital social: Las redes sociales se fortalecen con las aportaciones de capital humano continuas: entusiasmo, confianza, compromiso y reciprocidad, llevan al crecimiento de ese capital social que construimos entre todos y esto conduce a sociedades más fuertes y resilientes.
Hablar de los 4 principios requiere hacer un poco de historia de los bancos de tiempo y la coproducción:
En primer lugar, en el neolítico, cuando empieza la agricultura, comienzan a haber excedentes que la gente puede y necesita intercambiar, aparece el trueque, empieza la idea de la moneda (conchas, granos, piedras fueron las primeras monedas…) y a partir de ahí el hombre comienza la andadura económica. Y ahora vamos a dar un salto de gigante… y nos dirigimos a Estados Unidos hacia el final de los 70., cuando Edgar Cahn comienza a pensar en idear un sistema que permitiera evitar que por falta de ayudas sociales se perdiera el apoyo a comunidades necesitadas de tales ayudas y comienza a hablar de coproducción.
Tras analizar que en cada comunidad para el sostenimiento de la misma había trabajos invisibles (el cuidado de los niños, la seguridad de la comunidad, la atención a los mayores y a los más frágiles…) que habitualmente no se consideraban trabajos pero que eran imprescindibles para el sostenimiento de cualquier sociedad, y que se daban por seguros siempre, llegó a la conclusión de que en ese tiempo empleado en el cuidado de la especie había una energía potencial con valor que se podía visibilizar y capitalizar, poner en acción e interrelacionar
Una vez percibida esta realidad, aparece la colaboración de Ana Miyares , banquera estadounidense que en un programa de colaboración de la banca con asociaciones sin ánimo de lucro que en EE.UU. existe, pidió una excedencia temporal a su banco para poder estudiar el problema que le planteaba Edgar Cahn y a partir de su visión y la colaboración de otra gente han aparecido los bancos del tiempo actuales
Los europeos empezando por italianos, ingleses, nos acercamos al concepto y a través de estos países se extiende la idea por todo el territorio europeo, incluida España
1. Las personas
2. Redefinir el trabajo
3. Fomentar la reciprocidad
4. Construir capital social
1. Las personas son los activos del sistema: la verdadera riqueza de una sociedad es su gente, cada ser humano puede ser una pieza clave en la sociedad a la que pertenece.
2. Hay que redefinir el trabajo: se debe de poder incluir todo lo que hace referencia al cuidado de las personas y a lo que le ayuda a ser mejor.
3. Reciprocidad: Es la clave para generar sociedades más equilibradas y justas. El impulso de reciprocidad es universal, hay que cambiar: el tu me necesitas, por el nos necesitamos mutuamente. Si de modo permanente siempre hay alguien que da y otro que recibe, se fortalece el que da y se debilita el que recibe. Todos en el sistema deben dar y recibir para que se pueda alcanzar el desarrollo completo del siguiente valor: EL CAPITAL SOCIAL
4. Capital social: Las redes sociales se fortalecen con las aportaciones de capital humano continuas: entusiasmo, confianza, compromiso y reciprocidad, llevan al crecimiento de ese capital social que construimos entre todos y esto conduce a sociedades más fuertes y resilientes.
Hablar de los 4 principios requiere hacer un poco de historia de los bancos de tiempo y la coproducción:
En primer lugar, en el neolítico, cuando empieza la agricultura, comienzan a haber excedentes que la gente puede y necesita intercambiar, aparece el trueque, empieza la idea de la moneda (conchas, granos, piedras fueron las primeras monedas…) y a partir de ahí el hombre comienza la andadura económica. Y ahora vamos a dar un salto de gigante… y nos dirigimos a Estados Unidos hacia el final de los 70., cuando Edgar Cahn comienza a pensar en idear un sistema que permitiera evitar que por falta de ayudas sociales se perdiera el apoyo a comunidades necesitadas de tales ayudas y comienza a hablar de coproducción.
Tras analizar que en cada comunidad para el sostenimiento de la misma había trabajos invisibles (el cuidado de los niños, la seguridad de la comunidad, la atención a los mayores y a los más frágiles…) que habitualmente no se consideraban trabajos pero que eran imprescindibles para el sostenimiento de cualquier sociedad, y que se daban por seguros siempre, llegó a la conclusión de que en ese tiempo empleado en el cuidado de la especie había una energía potencial con valor que se podía visibilizar y capitalizar, poner en acción e interrelacionar
Una vez percibida esta realidad, aparece la colaboración de Ana Miyares , banquera estadounidense que en un programa de colaboración de la banca con asociaciones sin ánimo de lucro que en EE.UU. existe, pidió una excedencia temporal a su banco para poder estudiar el problema que le planteaba Edgar Cahn y a partir de su visión y la colaboración de otra gente han aparecido los bancos del tiempo actuales
Los europeos empezando por italianos, ingleses, nos acercamos al concepto y a través de estos países se extiende la idea por todo el territorio europeo, incluida España
0 comentarios:
Publicar un comentario